Una de las cosas que más me duele como autor es darme cuenta de todas mis flaquezas. Soy autor de novelas y escribir una trilogía, por ejemplo, implica llegar a zonas profundas de tu persona y tu alma y exponerlas incluso involuntariamente. Cuando ha pasado un tiempo y revisas o piensas en estas obras te das cuenta de que has cometido mil errores que pueden ofender a muchas personas o incluso que te desnudan mostrando todas tus carencias como si un expositor de una charcutería se tratase. Porque si ya con el streaming cuando una persona lleva 5 horas te das cuenta de qué pie cojean, imagínate con un texto al que le dedicas no 5 horas sino 500. Por esta misma razón siempre me he aferrado a la idea de separar autor y obra, no porque esté firmemente y moralmente de acuerdo con esta idea, sino por una cuestión de mera supervivencia. Sin embargo el tiempo pasa y te das cuenta de que el hecho de que no señalen tus carencias no significa que sanen por cuenta propia, esconder tus debilidades como autor o que no se hablen de ellas no va a ayudar a que mejores como persona, de hecho creo que es necesario como persona y como autor enfrentarte a tus debilidades y que te saquen los colores para reconocer que estabas haciendo algo mal o que directamente eras o eres mala persona. Y entiendo que como lector, en este caso, es fácil señalar, porque tú como espectador no expones tus carencias, hace poco por ejemplo con el famoso caso de Biyin se ha descubierto que una de las cuentas de Twitter que se dedicaba fervivamente a denunciar los comportamientos de la streamer, en realidad era un maltratador que pegaba a sus parejas. Y evidentemente este es un caso extremo, pero si algo me ha enseñado la realidad y la historia es que incluso las personas moralmente más correctas o que han dedicado toda su vida a ayudar al resto, tenían muchas cosas que ocultar, y es que en general considero que todas las personas tenemos muchas cosas que ocultar y el problema del autor es que no puede esconderlas. Además también entra en juego la cultura de la cancelación, que muy lejos de lograr sus objetivos moralmente correctos hace que los asuntos se escondan y que veas como amistades o conocidos que eran abiertamente racistas u homófobos de un día para otro limpien sus aparaciencas en las redes sociales y se conviertan en abanderados de las injusticias sociales cuando en lo privado siguen haciendo las mismas bromas y cojeando de las mismas patas. Y sí, el hecho de que se mantengan ocultos ciertos comportamientos puede ayudar a que muchas personas dejen de recibir acoso en sus redes sociales, pero eso no evita que cuando se tengan que enfrentar a las personas en la vida real sigan haciendo las mismas bromas, perpetuando comportamientos incorrectos o que sigan sufriendo acoso en sus lugares de trabajo, en sus familias, en sus círculos de amigos. Además la cultura de la cancelación ha demostrado que tiene grandes dificultades para tumbar las personalidades más grandes, con más visibilidad y más dañinas, no veo que se haya cancelado El Hormiguero, que Lous C.K. haya tenido que abandonar las escena pública o que se haya evitado que Donald Trump sea el presidente de los Estados Unidos de América. Bezos se ha ido al espacio, Netlé sigue siendo una marca increíblemente poderosa y se sigue blanqueando a Amancio Ortega en España porque hace donaciones minúsculas que refuerzan el argumento de los de siempre. Y aún con todo esto considero que el boicot es el camino correcto, porque a diferencia de lo que dice Alexelcapo no tenemos derechos en cuanto hábitos de consumo y mucho menos en el material artístico, si consumes un producto que beneficia a una persona tránsfoba estás alimentando directamente su discurso, porque cobra mayor relevancia mediática y sus opiniones plamadas en su obra se masifican. Hay alternativas como la piratería y no promover el consumo de estos productos que pueden lanzar un claro mensaje a la autora que vería cómo sus posiciones políticas se ven frustradas ante la protesta de la gente en contra de estas actitudes, básicamente estamos hablando de una manifestación, una manifestación cultural.
Si no hacemos nada, nada va a cambiar, en cambio si demostramos públicamente nuestro bochorno ante la transfobia, como mínimo logra que tu colega se avergüence cuando le hagas un comentario ante la broma de turno o la actitud incorrecta. Sin embargo, cuando el autor muestra claramente una actitud de escucha y de mejorar continuamente a partir de la crítica que recibe en este sentido, creo que es mejor adoptar una actitud didáctica que combatiba. Con esto me refiero por ejemplo al caso de Deconstructeam, una desarrolladora independiente valenciana que apoya la diversidad sexual y de identidades y que incluso que tiene miembros en su equipo trans, que recibieron críticas por un detalle de uno de sus juegos y que tuvieron que enfrentarse a una cancelación que por suerte en este caso resultó fallida. Con esto quiero decir que como comentaba anteriormente como autores nos exponemos incluso involuntariamente a actitudes nuestras que puedan ser incorrectas y creo que no existe ni un solo humano sobre la faz de la tierra que salvara a la cancelación si sometiéramos su día a día o sus ideas a un examen minucioso. Que evidentemente no es el caso de JK pues ella es abiertamente tránsfoba y además defiende esta posición de forma férrea públicamente. Sin embargo no creo que el arma a utilizar deba ser la misma con JK, que es voluntariamente tránsfoba a los autores como Deconstructeam y muchos otros autores que sí que mantienen una posición de escucha y mejora continua. Yo mismo he retirado de las tiendas obras en las que he podido cometer errores de esta índole y siempre pregunto a mis beta readers si han visto algún tipod e material ofensivo en mis obras antes de publicarlas. Pero soy una persona, una persona que viste infinitos errores y deficiencias y que se expone públicamente muchísimo más que cualquier otro individuo. No estoy de acuerdo con la idea de separar autor y obra, pero sí que mantengo que hay que tener una posición combativa cuando hay que combatir, y una posición didáctica cuando hay que enseñar., sin embargo observo en el día a día que el espectador no es capaz de hacer esta diferencia y que en vez de debatir o discutir según que temas lo que se debe hacer es ocultarolos, pero la herida sigue abierta y sangrente, lo único que hemos hecho es ocultarla tras una tirita que lejos de lograr que mejora lo único que consigue es que se enquiste. Cada vez que entro en una partida de Valorant siguen diciendo "maricón" o "negro" el que plante la spyke, y seguimos viendo en las noticias diarias cómo se han asesinado personas homosexuales o transexuales a pesar del claro blanqueamiento que se ha producido en las redes sociales y en las esfera pública de estos indeseables infraseres. Se intenta cancelar a los perfiles públicos, como dice el meme, por cosas que los individuos siguen perpetuando en su día a día, y se ataca indistintamente a autores sin conocer sus intenciones o su voluntad de hacer este mundo un lugar más cálido para todos.
Con todo esto quiero insistir en que el caso de JK es totalmente deleznable y que ella sigue posicionándose de una forma tránsfoba y animo a no consumir absolutamente nada de esta autora ni ningún producto que le pueda reportar ningún tipo de benificio económico o social, pero no se puede utilizar la misma vara de medir para todo el mundo, aunque honestmente considero que esta batalla está perdida y que cada vez hay mucha más distancia entre las redes sociales y lo público de lo privado, donde claramente la cultura de la cancelación hace mellas y como todo las cosas no son plenamente buenas ni malas, simplemente son.
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