domingo, 16 de abril de 2023

Sobre Makoto Shinkai, Suzume, y el amor en general

Las obras de artes son conversaciones con uno mismo. Los autores hacemos un trabajo de introspección profundo, nos subimos a un ascensor que puede tardar años en llegar a su destino habitado por un artista y una réplica idéntica de él. Conociéndonos tan profundamente sería absurdo hablar sobre el el calor que hace en verano o el frío que hace en invierno, conociéndonos tan profundamente se puede dar una conversación mucho más interesante. En estas conversaciones se habla sobre la naturaleza del alma de uno mismo, sobre todo lo que construye tu propia psique, sobre lo que eres, sobre lo que te gustaría ser y sobre lo que has sido. Makoto Shinkai es un autor, y no porque impregne todas sus películas de centelleos (si yo dibujara tan bien también lo haría) si no porque habla consigo mismo. Your Name es una respuesta, una respuesta hasta la que era hasta entonces su mejor obra. Shinkai. Hablemos de A 5 centímetros por segundo.





A 5 centímetros por segundo es una película sobre el amor, sobre un amor al que queremos aferrarnos pero que el paso del tiempo acaba destruyendo. La película se construye sobre un paralelismo entre dos escenas, y habilidosamente las dos se explican a través del paso de un tren. 
En el primer capítulo tenemos la escena que se alarga arbitrariamente donde el protagonista tiene que hacer mil transbordos para poder ver a la chica que ama. Debido a las fuertes nevadas cada tren sufre un pequeño retraso de minutos que hacen manda y acaban convirtiéndose en horas. El protagonista sufre la ansiedad de hacer esperar a su chica demasiado, que ella acabe desistiendo y cuando él llegue ya sea demasiado tarde y todo haya sido en vano. Sin embargo aquí se muestra la tesis de la película, a pesar del gran retraso, a pesar del frío y de la adversidad, a pesar de que literalmente sus palabras en forma de carta se las lleve el viento, lo que prevalece es el amor, un sentimiento que es capaz de enfrentarse a cualquier adversidad, él la ama y no va a desistir independientemente de lo que ocurra y ella le ama y confía en él y sabe que pase lo que pase va a acabar llegando. Si la película hubiese ocurrido hoy en día todo se habría solucionado con un telefonazo, quizá por eso todo sea menos interesante ahora que tenemos al alcance de nuestro bolsillo la inmensidad del universo. 
El segundo capítulo simplemente es un tránsito, para que podamos pasar de A a C hay que pasar a B porque si no el final no sería tan efectivo. Por eso a pesar de que pueda acabar con la paciencia de los que están acostumbrados a narrativas más Hollywoodienses donde todo ocurre al mismo tiempo y en el mismo lugar  (curiosamente acaban de darle no sé cuantos Oscar a una peli que trata de esto), sin embargo este tránsito es necesario para el efectismo del final. Y hablemos del final. Todo se resume a la escena del tren, una vez más el protagonista debe esperar a que pase el tren para ver a su amada, sin embargo cuando el tren pasa, el tren ha pasado (entiendan el juego de palabras), y ella ya no ha esperado, ya no hay un sentimiento que los une, que es capaz de trascender a las adversidades, que es capaz de esperar años, que es capaz de todo. Ella ya no profesa ese amor, ese sentimiento que atesoraba cuando era una cría se ha convertido en nostalgia, mira por la ventana del tren como taciturna recordando aventuras de su infancia, las recuerda con cariño, sin embargo la falta de contacto con el protagonista hace que ella deje de esperar, que se canse de escribir cartas que parecen no llegar a ningún lugar, el sentimiento se ha ido apagando y aunque un día fue capaz de esperar cuatro horas a que el tren pasara, esta vez no es capaz ni de esperar segundos.

Cruel.  A 5 centímetros por segundo es tan cruel como realista. Son las cinco de la mañana, te has emborrachado y estás melancólico perdido, te da por recordar los buenos viejos tiempos y la nostalgia edulcora tus recuerdos haciéndolos parecer mejor de lo que en realidad eran. Te acuerdas de Luis y de las infinitas horas que pastéis juntos charlando por Skype y de las ocurrencias que no paraba de soltar Raúl en clase. Te acuerdas de los profesores de secundaria (que a pesar de que los odiabas entonces ahora se revelan casi como santos), te acuerdas y te acuerdas y te acuerdas. Y en una de estas, borracho perdido y desesperado, como C Tangana, suena Glimpse of Us en el pub y recuerdas la maravillosa relación que tuviste con una persona que ha desaparecido completamente. Y te preguntas cómo algo con una densidad tan grande puede desaparecer. Algo con una masa y un volumen tan descomunal que era capaz de tragarse el tiempo y el espacio, las preocupaciones, todo, los planetas. Cómo demonios ha podido desaparecer todo eso. Entonces te das la vuelta y te das cuenta de que no hay nadie esperándote al otro lado. Sin embargo Shinkai nos está dando una lección, si el protagonista hubiese enviado los mensajes, si hubiese tratado de acercar sus corazones, la historia podría haber sido distinta. ¿Qué habría ocurrido si el protagonista hubiese tratando de luchar contra el tiempo y el espacio por mantener viva la llama del amor? Evidentemente Your Name.

Your Name es la conversación con uno mismo que comentaba antes. Han pasado los años y Shinkai decide ponerse en el otro lugar, esta vez vuelve a hablarnos de una pareja que se ama pero esta vez él no va a dejar que el tiempo erosione sus corazones, va a remar como un cabrón hasta el punto de superar el espacio y el tiempo porque cuando el tren pase y se de la vuelta, esta vez sí que haya alguien esperando al otro lado. No por nada la escena final es exactamente igual a la escena final de A 5 centímetros por segundo, porque el autor nos está contando exactamente la misma historia, pero esta vez no con el fatalismo, no con el pesimismo, esta vez con el ansia de cambiar la historia que ya contó, esta vez creyendo en el amor, por amor, dice Shinkai, se pueden esperar 4 horas en plena nevada a que llegue un tren y se puede superar el tiempo para salvar a la persona que amas y reencontrarte con ella. El mensaje está claro, cabrón, quizá lo único que tendrías que haber echo era luchar contra las dudas, tendrías que haberle llamado, tendrías que haberle enviado mensajes y tendrías que haberle escrito cartas. Y si hace falta tendrías que haber trascendido el tiempo y tendrías que haberte encontrado con ella en otra línea temporal. Y sí, puede ser un mensaje simplista y poco realista, sin embargo creo que hablar de amor es hablar también de arrepentimiento. Y si la hubiera sacado a bailar, como decía Bruno Mars. El arrepentimiento es un sentimiento intrínseco al desamor y lanzar el mensaje de que es inevitable es fatalista. Y sinceramente me alegro de que Shinkai haya llegado a esta conclusión, puede ser poco realista u optimista en exceso, pero es una buena conclusión a esa historia de amor que pretendía contarnos. Es como cuando Inio Asano revisitó Solanin pasados 10 años y nos mostró cómo la protagonista había seguido con su vida, cómo la muerte de Taneda no era el final e incluso era algo que se pudo volver liviano con el paso del tiempo. Inio Asano se deshizo de ese fatalismo, de ese extremismo que nos mostraba con su obra. Solo puedes volverte parte del sistema o morir... ¡Pues claro que no!, hay márgenes, espacios para que nos expresemos. Está la intimidad, las amistades, la familia, las redes sociales, espacios donde podemos ser realmente nosotros mismos y expresarnos de la forma que queremos. Y no tienes que ganar dinero con algo para que te complete como persona, aunque Taneda hubiera tenido que seguir haciendo trabajo de oficina podría haber aprovechado las escapadas de fin de semana con los amigos para llevarse la guitarra. Los autores evolucionamos, maduramos, cambiamos de opinión y esas conversaciones que mantenemos con nosotros mismos son valiosas, porque los espectadores también crecen y las respuestas que les servían cuando eran adolescentes ya no son igual de válidas, y sí, está bien revisitar Solanin y sentir nostalgia por cuando tenía 18 años y pensaba que iba a dedicarme a la escritura, pero ahora tengo 25 años y no me arrepiento de haber seguido viviendo, es más, veo Solanin como una rabieta infantil, adolescente, ser adulto no significa aburrirte en una oficina, si no muchas cosas más de las que Inio Asano sigue hablando en su obra y en su reimaginación del final de Solanin.

Y con todo esto llegamos a Suzume, no hago parada en Weathering With You porque es un intento de replicar Your Name, y también lo es Suzume, en realidad. Vale, Makoto, ya tenemos las dos perspectivas, la de  los adolescentes que dejaron que su amor se enfriara y la de los que lucharon con todas sus fuerzas por recordar sus nombres, ¿y qué es Suzume exactamente? Cuando investigaba sobre la película encontré el titular de una noticia que hablaba sobre la relación entre la España vaciada y esta película. Entre al cine esperándome encontrar algún comentario al respecto, algo que relacionara el olvido y el abandono con lo rural o con lo modernamente obsoleto y para mi sorpresa en la película no hay nada de eso. Sí, hay un componente de realismo mágico hipertofriado donde parece haber un halo sobre ese comentario, sobre lo obsoleto y el abandono de espacios, sin embargo en la película se desperdicia todo este potencial en pos de contarnos una vez más una historia de amor, esta vez sin tanto tito como en las anteriores ocasiones. Y quiero decir, hay bromas y conceptos que caducan por semana, la tecnología está avanzando a pasos tan agigantados que una tecnología puede morir en cuestión un año. Además esta obsolescencia parece traducirse también a nuestro planeta, el cual se está yendo al carajo por culpa de la contaminación y los ricos en vez de buscar una solución parecen obcecados en colonizar otro. Hay un problema universal de abandono de espacios rurales en pos de vivir en las ciudades y la vida en el campo parece estar en peligro de extinción. Simplemente dedicando cinco minutos a pensar sobre la realidad más inmediata te das cuenta de que el comentario que podría haber hecho Suzume se escribe solo. Además Japón es un país sintoísta donde consideran que incluso los objetos tienen alma. ¿Cómo es posible que le haya resbalado todo esto a Makoto Shinkai?



Suzume es una película mediocre, una película que sabe que "chico conoce a chica y chico y chica se enamoran" es lo suficientemente potente como para llenar las taquillas. Se le añade un poco de realismo mágico mal explicado y justificado que edulcoran el metraje lo suficiente para que no recuerde demasiado a Your Name y se vende como se podrían vender hamburguesas en el Mc Donalds. Es injustificable que Shinkai ni siquiera hable sobre las premisas que presenta  y que no haya aprovechado para hablar sobre un tema tan vigente y relevante como es el completo éxodo del campo a la ciudad, la obsolescencia de las cosas y los espacios y la relación entre el abandono y la contaminación y la naturaleza. Si Ghibli hubiera hecho esta película se habría puesto en los colegios a los chavales para despertar una conciencia necesaria, sin embargo se limita a ser un metraje de San Valentín sin nada que aportar al discurso que viene aportando su autor a lo largo de su filmografía. Y sí, la animación es increíble, Shinkai ha mejorado mucho el diseño de los personajes y el engranaje parece funcionar perfectamente, sin embargo creo que a su autor se le puede exigir algo más que un aprobado y más después de dirigir la maravillosa A 5 centímetros por segundo que probablemente no tenía ni una décima parte de los recursos que han empleado en producir este último título.

No quiero acabar con nota negativa, por eso he empezado hablando de dos películas que considero maravillosas, A 5 centímetros por segundo por méritos propios y Your Name por ser una respuesta que, aunque algo simplista, quizá, emocionante, muy bien contada y además con un tino especial en cuanto a la mezcla de la banda sonora con lo visual. Makoto Shinkai es mi padre y creo que algún día se sentara con los grandes, con Mamoru Osoda, con Ghibli, con Mari Okada. Creo que es cuestión de tiempo que el bueno de Shinkai acabe alcanzando la excelencia, sin embargo viendo Weathering With You y Suzume le veo atrapado en una espiral de repetición y mecanización que le alejan muchísimo de mis esperanzas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario