domingo, 14 de mayo de 2023

Primeras impresiones sobre Tears of the Kingdom

El otro día estaba duchándome mientras pensaba en Zelda y en la comida. Estaba pensando un paralelismo entre Tears of the Kingdom, Breath of The Wild y la comida. Llegué a la conclusión de que por ejemplo si Ocarina of Time fuese una ensalda de atún, Breath of the Wild sería un medallón de atún y Tears of the Kingdom un atún ahumado. Majora's Mask sería sin duda el nigiri de atún. Todos los platos utilizan el mismo ingrediente principal, pero mientras que los tres primeros consiguen salir airosos con un sabor bastante similar, Majora's Mask lo utliza de una forma única llevando el ingrediente, si me preguntan a mí, a su forma final, a la ultrainstinto. 

Y creo que todos esperábamos que Tears of the Kingdom se pareciese más a Majora's Mask, porque los traílers insistían (por evidentes razones comerciales) a mostrar en qué se diferenciaba Tears de la precuela, que en realidad es muy poco. Sin embargo, a diferencia de los traílers y lo mostrado últimamente, en las primeras entrevistas no se ocultaban y contaban que Tears nacía de la idea de crear un DLC para BOTW. Sin embargo todavía había esperanzas, el vídeo de gameplay que mostraron parecía que el juego hacía un mayor incapie en los sistemas, algo que si bien fue valorado muy positivamente en el título anterior, lo cierto es que dentro del juego se resumía a detalles, bien logrados, pero detalles. El estilo más oscuro que mostraba el tráiler sumado a este gameplay que insistía en los sistemas, hacía pensar que estábamos delante de un caso Majora's, que habían reutilizado todo lo posible del título anterior para crear una nueva propuesta mucho más enfocada en la narrativa. Sin embargo durante las primeras horas del juego sorprende la poca interactividad con los sistemas que se limitan a crear barcos para cruzar lagos o puentes para alcanzar distancias más difíciles. Sí, hay unas cuantas interacciones más que pueden desafiar levemente la creatividad de cada jugador pero sorprende lo muy parecido que es absolutamente todo. Y cuando digo absolutamente todo quiero insistir en este hecho, porque no es solo una cuestión de estilo, es que replica las interfaces, modelos, animaciones, mecánicas, controles, estructuras, tramas...

Sinceramente lo poco que sorprende el título en las primeras horas es alarmente, y el hecho de que el descubrimiento no sea un aliciente para explorar como lo era en el primer título hace que la experiencia sea evidentemente peor. Sin embargo han pasado 5 años desarrollando un título que hereda casi el cien por cien del anterior, por lo que me hace pensar que quizá todavía hay espacio para la sorpresa y que el hecho de que hayan copiado casi la totalidad de BOTW ha logrado que tengan espacio para desarrollar ideas que en un primer momento se quedaron en el tintero. De momento sí, el título es brillante, pero es una brillantez heredada, el nuevo Zelda como tal no hace mérito alguno para recibir todos los nueves y dieces que le han regalado los medios. Sí, creo que todos estaríamos contentos con un Breath of The Wild anual, o un Dark Souls, o un Padrino, sin embargo repitiendo una y otra vez la misma fórmula nunca habríamos llegado hasta aquí, no habría existido Breath of The Wild, Dark Souls o el Padrino, repitiendo una y otra vez la misma fórmula lo único que logramos es parecernos a FIFA, un título que bien podría haber sido creado por el demonio para condenar a los más jovenes a la ludopatía.



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